Apenas pude comer un pedacito de rosca de Reyes que me convidó Marco, no fue suficiente y me quedé con el antojo. En mi casa no se parte rosca porque a nadie le gusta y resulta un gasto innecesario, sólo en algunas ocasiones mi papá llega con una rosca que siempre resulta enorme y entonces tenemos que comerla el resto de la semana... eso tampoco es placentero. Será para el próximo año. Hoy todavía cierro los ojos y siento la suavidad del pan, los sabores del azúcar, la mantequilla y la naranja.
1 comment:
Mmmm... aunque a mí, personalmente me gusta más el panetón. Interesante blog. Te sigo por aquí.
Saludos...
Post a Comment