He decidido que el día de hoy será el último que use mi t-shirt favorita, la he tenido desde hace casi 16 años, es del "World Sacrifice Tour 1989" de Slayer y me la regaló mi tío cuando todavía vendía en el Tianguis Cultural del Chopo. El aspecto físico de la prenda en cuestión ya es lamentable, bueno aún no está hecha jirones, pero cuando una pieza de algodón casi tiene la caída de la seda y además se puede ver a través de ella pues creo que no hay más remedio que dejarla de usar.
Esta decisión la estuve postergando un buen rato hasta que el día de hoy me percaté que la t-shirt tiene nuevos agujeritos por lo que seguramente el tejido no aguantará otro proceso de teñido, tampoco creo que aguante siquiera una decena de lavadas, a pesar de que lo haga a mano, tal y como acostumbro hacer con mi ropa preferida o delicada. Es duro dejar atrás esas pequeñas cosas que han sido testigos silentes de grandes momentos mi vida.
En fin, mientras escribo, Raining Blood se escucha de fondo.
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