Armar discursos huecos es tarea fácil, emitirlos es una práctica habitual, difundirlos resulta una estupidez así que les pido una disculpa:
"La lucha contra la delincuencia requiere una transformación de nuestras policías, queremos cuerpos policíacos confiables, modernos y altamente capacitados.
Por ello, recientemente presentamos el nuevo modelo de formación policial en México. Estamos empeñados en tener mejores policías [...], que cada mexicana y cada mexicano esté seguro y confiado de que en cada Policía Federal comenzando por los altos mandos hasta los últimos, tengan a un vigilante confiable [...] Sé que no lo lograremos mientras la gente no tenga plena confianza en la policía y en los ministerios públicos."
Aparte de la insufrible utilización del "mexicana y mexicano" me da coraje que palabras como estas se repitan día con día mientras que la realidad es completamente distinta.
El miércoles pasado unos policías (ni siquiera se molestaron en utilizar en otra ropa que no fuera su uniforme oficial) intentaron secuestrar a un conocido mío a las puertas de su casa. Afortunadamente todo quedó en el intento porque D.M., que fue subido a la fuerza a su propio automóvil, aprovechó un descuido por parte de los plagiarios para aventarse del vehículo en movimiento.
D.M. se dirigió al Ministerio Público a levantar la denuncia. Sin pensarlo dos veces declaró que estaba seguro que los sospechosos eran policías, por lo que preguntó si sería posible que le mostraran los expedientes del personal con fotografías para poder identificarlos. "Sí como no, sólo tiene que traer una petición por escrito", le dijeron y D.M. así lo hizo, entregó la petición firmada por él y también por un funcionario del municipio, conocido suyo, el nuevo pretexto que le dieron para no permitirle ver los expedientes fue que "debido al apagón de la semana pasada se perdieron TODOS archivos de la computadora". Qué conveniente ¿no?.
D.M. decidió insistir y quedarse en las oficinas del Ministerio Público hasta obtener una respuesta. Los policías en vano trataron de disuadirlo, explicándole lo peligroso que resultaría reconocer a los inculpados. Pasaron un par de horas hasta que alguien le avisó "ya localizamos su automóvil, un policía judicial lo encontró y lo llevó al corralón".
Qué podemos pensar:
1. Evidentemente hay gato encerrado. Es probable que los policías sospechosos hayan sido avisados y debido al respaldo que su amigo funcionario le dio a D.M., hayan decidido "devolver" el automóvil.
2. El presidente, así tan pequeñito como es, efectivamente está cumpliendo cada una de las palabras que articula. Ya es hora de dormir tranquilos porque contamos con cuerpos policiacos capacitados y confiables, capaces de resolver este asunto de secuestro y robo en apenas un día.
Tengo la seguridad que D.M. no desistirá, sólo espero que no vaya a recibir algún susto.
2 comments:
Leo esto ya tarde, pero creo que se debe dar notificación a las comisiones de derechos humanos del DF y de la República, y, además, a Amnistía Internacional o alguna organización internacional de derechos humanos.
La mentalidad mexicana diría "pero para qué", pero por eso es que también sigue habiendo impunidad.
Efectivamente, estamos tan acostumbrados a que "estas cosas pasen" que nada hacemos al respecto. Te mando muchos saludos.
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