Thursday, June 26, 2008

Todavía más desconfianza

El viernes pasado, mientras mi mamá y yo platicabamos sobre nuestras próximas vacaciones alcanzamos a escuchar una noticia en el televisor: "Un operativo en un antro deja al menos nueve muertos". De pronto nuestro paradisiaco destino se borró de nuestras mentes y pensamos en mi hermano, que había salido a bailar con algunos de sus amigos. Evitando preocuparnos de más, esperamos la hora en que el noticiero dio la nota. Al saber la ubicación de la tragedia respiramos aliviadas, olvidando, al menos por un momento, que nuestro alivio no borraba las horas de angustia que otros padres ya estaban sufriendo.

Esta tragedia es el producto de la corrupción que alcanza a todos los niveles de gobierno y que pone en peligro constantemente a la ciudadanía. Lamentablemente hace una semana se perdieron vidas humanas y sólo se han emitido excusas, pretextos. Todos se lavan las manos.

He escuchado a la gente decir "En dónde estaban los padres de estos muchachos cuando ocurrió la tragedia" en vez de preguntarse por qué las autoridades, encargadas de velar por la seguridad, tomaron decisiones estúpidas que arrebataron la vida de estos muchachos.

Ser habitante de una colonia popular y gustar del reggaetón no debe ser motivo para convertirse en una víctima. Debemos darnos cuenta de que todos somos posibles víctimas porque la corrupción y la impunidad conviven con nosotros, tan acostubrados estamos a ellas que sólo cuando se crea un circo mediático es cuando nos detenemos un momento a analizar la gravedad de la situación.

Alejémonos un poco de este caso y veamos otros que afortunadamente fueron distintos pero que ponen en evidencia la falta de una regulación seria que protega nuestro derecho de divertirnos y que cuide nuestros intereses al momento de asistir a un evento o espectáculo.

En el pasado festival Colmena un "error logística" provocó que cientos de personas quedaran varadas en un "recinto sagrado", poniendo en peligro su integridad física. Muchos manifestaron su molestia a través de quejas y denuncias, sin embargo, otros más se contentaron con haber presenciado apenas unos minutos de su banda favorita.

Hace algunos años asistí a una presentación de los Dead Kennedys y los Misfits, respaldada por una supuesta empresa seria. Lamentablemente la estupidez de unos cuantos arruinó el evento y los asistentes tuvimos que abandonar el lugar tratando de salir ilesos de la campal que se armó en el interior del lugar.

Lamentablemente hay gente siniestra que maneja los antros, gente inepta y ambiciosa que se llena los bolsillos con eventos mal planeados y gente violenta que asiste a los mismos. Si a toda esta escoria se le agregan algunos policías con órdenes criminales pues entonces podemos darnos cuenta de qué tan jodido está el asunto.

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